Dónde quedó la voz de los estudiantes de la UAEMex?
POR Angélica G. Cuevas

En estos días he estado escuchando las voces de mis compañeros en el sentido de que existe un dolor común que personalmente comparto, en contra los entes del poder universitario: estos no nos escuchan. Anteriormente ya he hablado de ellos, ¿pero será acaso que seguimos dando patadas de ahogados?, porque lejos de representar nuestros intereses manejan un discurso común, de que lo que está bien para toda la comunidad universitaria, es lo que ellos deciden, siendo que incluso nos silencian.
¿Dónde queda nuestra opinión? Tal parece que cualquiera que se atreva a decir algo en contra de sus decisiones supuestamente en pro de toda la comunidad de alumnos, es silenciado, borrando sus comentarios de Facebook por ejemplo, para que no alcen la voz.
Somos universitarios, debemos ser críticos y sobre todo debemos defender nuestros intereses teniendo siempre una garantía de que seremos tomados en cuenta, pero fundamentando en derecho todas nuestras peticiones.
¿Por qué siempre esperar al último momento para todo?, es acaso la forma que tienen los directivos para excusarse del cumplimiento de sus obligaciones o bien, están superados por su propia desorganización administrativa.
Es triste ver que donde no debería existir corrupción, la misma existe, porque si bien en cierto que se ha comentado en diversos foros que aplaudo a la ética universitaria, lo cierto es que, muchos maestros y directivos llevan la bandera de deslealtad hacia sus alumnos.
La convocatoria para el concurso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, parece que en el fondo esconde una discriminación violatoria de derechos humanos porque limita la participación por un promedio exigente para los alumnos que quieran participar, ¿un estudiante se definirá por sus calificaciones?
Existen diversas situaciones que pueden llevar a un alumno a no tener la excelencia académica, desde su núcleo familiar, laboral, psicológico y social. Es conocido por todos nosotros que existen también problemáticas que van más allá, como son los casos de violencia que afectan el desempeño del estudiante universitario.
Desde luego que eso no justifica el compromiso que debe existir por parte de nosotros con nuestros estudios, porque de no ser así, entonces también formaríamos parte de la corrupción y la falta de ética que tanto criticamos.
Si la convocatoria para la competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se emitió a vapor y en secreto, esto se presta a malas interpretaciones ya que podemos imaginar que existe una línea cargada hacia el favoritismo de siempre.
Seria bueno que las decisiones del consejo de la facultad de derecho fueran públicas para dar certeza a su dicho y de que no existe inclinación por ciertas personas; ojalá que los directivos consideren publicar las sesiones para saber realmente los temas que se tratan en ellas.
En conclusión, debo resaltar que tanto alumnos como directivos debemos siempre trabajar en conjunto para poder erradicar la corrupción en los pasillos y aulas y siempre destacar la ética universitaria que forma parte de nosotros la comunidad verde y oro.